
Un agente estadounidense permaneció en calma a pesar de los intentos de manifestantes de provocarle. Le gritaron, mostraron el dedo medio, echaron el humo de cigarrillo a la cara, incluso le apuntaron con un puntero láser. Según se informa, el policía se convirtió en objetivo de agresiones por negarse a arrodillarse, tal y como se lo exigieron. Si te ha gustado, ¡no te olvides de compartirlo con tus amigos!
Deja tu comentario