
La singularidad de esta joven rusa ya se dejaba ver durante su infancia, cuando estaba decidida a salir en televisión. Su madre entonces le dijo: "Para salir en la tele, tienes que ser diferente a los demás, pensar en lo que hay especial en ti y contarlo". Así lo hizo Radmila. Tras mirarse durante mucho tiempo en el espejo, notó que su lengua era más grande y larga que la del resto de la gente.
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