
Una mujer disfrazada de enfermera entró el pasado domingo en un hospital de la provincia china de Guizhoum, tomó en brazos a una recién nacida y se la llevó tranquilamente sin levantar sospechas. Las imágenes obtenidas por las cámaras de seguridad muestran el momento del secuestro, que sucedió ante unas diez personas: los padres de la niña y sus familiares, así como tres pacientes que no se dieron cuenta de que la delincuente, que llevaba una máscara facial, no formaba parte del equipo médico.
Deja tu comentario