
El hambriento escualo, de casi dos metros de largo, emergió del agua y brincó sobre una roca llena de sardinas en costas de Brasil. Millares de sardinas inundaron la playa de Cacimba do Padre, en Fernando do Noronha, al noreste de Brasil, y asombraron a los reunidos allí. Pero mayor fue la sorpresa cuando, en medio de ese caos, un tiburón hambriento, de unos dos metros de largo, se lanzó sobre una pequeña roca para devorar a esos pequeños peces.
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