
Una de las razones de la invasión podría ser el clima inusualmente cálido para esta época del año, lo que obstaculiza la caza para estos depredadores. Al menos 56 osos polares, entre los que se encuentran muchas hembras con sus cachorros, se ven obligados a comer cadáveres de morsas y buscar los alimentos en una aldea de la región de Chukotka (Rusia), reporta el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
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