
Un policía de la ciudad de Atlanta (Georgia, EE.UU.) fue despedido el pasado viernes por emplear violencia excesiva para arrestar a una mujer frente a su hija de cuatro años. Golpeó a la fémina en el rostro, la arrojó al suelo y le aplicó reiteradas descargas eléctricas con su pistola táser, informa NBC News.
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