
La administración de un gimnasio en la ciudad china de Jiangmen impuso un insólito castigo a sus empleados responsables de ventas. Los obligaron la noche del pasado 1 de octubre a correr por la calle en calzoncillos por los malos resultados en la captación de clientes. "Acepto con mucho gusto el castigo", dijo uno de los dependientes, cuyas palabras recoge Daily Mail. En su opinión, la humillación era merecida por ser ordenada por el jefe al que "deshonraron". "Creo que es un buen desafío para nosotros", agregó el joven.
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