
Policías chinos acudieron al rescate de un conductor que había quedado atrapado con su vehículo al borde de una catarata después de caer a las aguas de un río accidentalmente. El automóvil quedó atascado entre dos rocas, lo cual evitó que se precipitara por la cascada. Cuando los agentes llegaron al lugar, el conductor había logrado romper el cristal de una ventana de la camioneta y se encontraba en la orilla opuesta del río. Sin embargo, había un fuerte riesgo de que se produjese en el lugar un deslizamiento de tierra.
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