
La ceremonia de entrega de premios del Open de Estados Unidos quedó empañada por los abucheos del público, descontento con la actuación del juez en relación a la estadounidense Serena Williams, que perdió la final ante la japonesa Naomi Osaka. Lo que debería haber sido un momento de alegría, se convirtió en un trance incómodo para la joven tenista nipona, que recibió el trofeo cabizbaja y con lágrimas entre abucheos del público.
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