Este es un experimento histórico muy importante, lleva el nombre de Zimbardo por el doctor que estuvo a cargo del estudio. Una prisión de Stanford fue el escenario en el que se desarrolló y las consecuencias se pudieron apreciar a los pocos días. A personas normales las hicieron vestirse como guardias, a otras como prisioneros; cada uno cumplía su rol, pero el contexto y la libertad de hacer cualquier cosa que se les imaginara hicieron de esto algo insólito y lamentable.
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