Al parecer el aburrimiento o las ganas locas de divertirse dan pie a reinventar juegos clásicos. En este caso que gana tiene el "privilegio" de golpear a los demás con una botella de plástico en la cabeza. Y así, transcurre el juego de estos niños, entre risas, golpes y alguna que otra queja. Por suerte para ellos la industria de las bebidas gaseosas ha evolucionado y ahora los recipientes tamaño familiar son de PET y no de vidrio.
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